Pragmatismo

Hallábanse dos sabios absortos en sendas meditaciones acerca de las propias capacidades de su sapiencia. En un momento dado, los dos hombres conciliaron que no había forma alguna de determinar tal cosa por introspección. De manera que decidieron evaluarse mutuamente. Al cabo de distintas pruebas, a las que los dos sabios se sometieron con ególatra entusiasmo, y de acaloradas disputas, ambos resolvieron que el otro era el más sabio de los dos. Ante esta nueva disyuntiva que los dejó perplejos, y al término de otra tanda de intrincadas discusiones que en la mayoría de las ocasiones derivaban en elogios mutuos, arribaron a la conclusión de que la mejor manera de dirimir la cuestión era recurrir a un Maestro quién pudiera determinar a ciencia cierta y de forma inequívoca cuál de los dos hombres era el más sabio. Así lo hicieron y juntos llegaron a la morada del Maestro. El emérito los recibió con afectuoso saludo y los invitó a relatar el motivo de aquella visita. Una vez hecho eso, los dos hombres quedaron expectantes de la respuesta del venerable, que permaneció en silencio tomándose el mentón un largo rato.

-Maestro-dijo uno de los sabios rompiendo el prolongado silencio-Le ruego encarecidamente que nos saque por fin de esta duda.¿Quién de los dos es más sabio? Díganoslo. Sin mayores demoras el anciano se incorporó, los miró fijamente y les dijo:

-Son ustedes dos pelotudos.

Ante la mirada atónita de los hombres, que en un principio se sintieron profundamente agraviados, ese sencillo baquiano había hecho una revelación formidable. Luego de unos minutos, uno de los sabios le respondió

-Pero Maestro, si ese es el caso, estaremos en la misma cosa. Díganos ahora quién es el más pelotudo de los dos.

El anciano se levantó de su amahaca de mimbre, se dirigió a la puerta de entrada y la entreabrió. Con el picaportes en la mano se volteó a dos dos hombres y haciendo un ademán como invitándolos a retirase les dijo

-Han visto ustedes lo inútil de su discusión. Y son ahora los dos más sabios que antes de venir a molestarme.

Los dos hombres se retiraron en silencio.

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