Acerca del ofico del buen enamorado, una justificación teórica.

Transliterado a veces como epoché o epokhe, la epojé es un concepto originado en la filosofía griega, utilizado principalmente por la corriente escéptica. En los tiempos modernos fue revitalizado por la fenomenología de Edmund Husserl si bien no en su acepción inicial. Originariamente, según la definición dada por Sexto Empírico significa un estado mental de suspensión del juicio, un estado de la conciencia en el cual ni se niega ni se afirma nada. Para Husserl, consiste en la puesta entre paréntesis no sólo de las doctrinas sobre la realidad sino también de la realidad misma.

Suspensión de la incredulidad es una expresión que representa la voluntad de un sujeto para dejar de lado (suspender) su sentido crítico, ignorando inconsistencias de la obra de ficción en la que se encuentra inmerso, permitiéndole adentrarse y disfrutar del mundo expuesto en ella. En realidad, el concepto deriva del concepto de verosimilitud inserto en la Poética de Aristóteles, que postula la idea retórica de que, para convencer, es preferible una mentira creíble a una verdad increíble. En consecuencia, el escritor debe esforzarse por hacer realista lo irreal.

Algunas corrientes de la epistemología postulan que el investigador debe necesariamente cuidar sus hipótesis mediante la aplicación de un cinturón protector. La técnica consiste en ignorar ciertas anomalías o aquellas evidencias que, a lo largo de la investigación, revelen datos que puedan atentar contra el núcleo de la idea que se intenta defender.


De la eternidad hablaremos después: de lo innecesario de la trascendencia y de la inmortalidad de bulto. Del eterno retorno no hablaremos más.   

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