Persevera

Al referirse a uno de sus poemas más inspiradores, Alphonse de Lamartine, cuenta en sus memorias que escribió “Le Lac” sumido en una repentina iluminación. Dijo incluso que aquella poesía exquisita le había llegado ya compuesta en una especie de ensoñación, un trance, mientras caminaba por el bosque en la noche. El primer romántico murió en la pobreza. Luego de su muerte, en 1859, en el estudio de París se encontró una gran cantidad de borradores de esa magnífica obra, así como también de otras poesías y textos conocidos, solo que se trataba de versiones corregidas, pobladas de tachones de puño y letra del girondino. Versiones modificadas una y otra vez a través de los años. Lamartine no querría darle al tiempo aquello que sabía nunca le devolvería. Al parecer las grandes poesías comienzan con un suave rocío que acaba por inundarlo todo.

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