Julio y Carol


‎"Tarde gris y callada, tiempo propicio de soledad y sombras. El aire se quedó sin ecos y mi ilusión sin esperanzas...." Esto es algo así como recobrar algunos temas del tango y traerlos de los pelos. Aunque la tarde sea fría pero soleada y no asomen ni silencios ni sombras. Hablo aquí de otras tardes, de otras soledades. Cortázar en “Salvo el Crepúsculo” cita esto que es de A. Pizarnik, del Árbol de Diana:

El poema que no digo,
el que no merezco.
Miedo de ser dos
camino del espejo;
alguien en mi dormido
me come y me bebe.

Me parece que él también quería traer algo de hace mucho, pero algo que había sido él mismo y ahora, en su ahora de 1984, de las cercanías de la muerte, quiere mostrar en forma de poesía que, como se sabe, es la única forma del recuerdo. Pero lo muestra con voces ajenas, en una especie de comunión en el dolor.
Es como un exorcismo. Podría decir, a modo de epitafio, que no logró ahuyentar todos sus fantasmas, pero que los ha convertido en poesía, es decir, les dio a todos sus miedos el mismo nombre.

Comentarios

Entradas populares de este blog

La Historia.

Alma