"...A veces siento que es como un mal sueño, que voy a despertar y vas a estar ahí, dormida a mi lado; o que estás a punto de acariciarme con los pies helados. Pero no. No despierto. Abro los ojos. La habitación parece roja. Pienso que no puede ser, que no hay colores en mi habitación. Tampoco hay luces. Si lo que veo fuera real, esa no sería mi habitación, y yo estaría en alguna otra parte, pero ¿dónde? El rojo se apaga despacio. Vuelve la oscuridad. Poco a poco todo se funde y se confunde. Primero la ventana, recortada en la penumbra, después la mesita de noche; la cama se deshace y me hundo. No hay habitación. No hay a dónde ir. Cierro los ojos y siento tu caricia, como un condenado al que le cortaron la lengua y sueña que habla, porque alguna vez habló."

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