Nunca

El nunca llega,

abre los cerrojos.

Descubre las pasiones,

delira las bajezas.

El festín depravado,

que la carne ansía.

Muéstrame ese rostro,

que por las noches espanta.

Dime ese secreto,

ya no me engañes.

Dime por qué el miedo

envenena las caricias.

Y de trazo envenenado,

de pasado y condena,

el nunca llega.

Y abre los cerrojos,

y corrompe las almas,

y desvela el sueño.

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